En la última semana, Mexicali vio un crecimiento desproporcionado de asesinatos donde en menos de siete días se documentó un total de 12 ataques armados, lo que representa una conducta atípica en la incidencia de homicidios en Mexicali. Alejandro Lora Torres, director de la Policía Municipal, atribuye estos crímenes a conflictos entre narcomenudistas y traficantes de personas, los cuales se focalizaron en la Zona Valle y Sur de la ciudad. Fuentes de inteligencia de autoridades estatales y federales consideran que se trata de una expansión de las operaciones de la agrupación encabezada por Jesús Alexander Sánchez Félix, de apodo “El Ruso”
En una declaración que dio el pasado domingo 22 de agosto, a las afueras de la Casa de la Cultura de Mexicali, el Director de la Policía Municipal, Alejandro Lora Torres, respondió que la principal hipótesis en estos hechos delictivos se le atribuía a pugnas entre agrupaciones ligadas al narcomenudeo, por un lado; y presuntos traficantes de personas.
Lora Torres no proporcionó más datos debido a que podrían entorpecer las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero aseguró que dichas pugnas se han focalizado en zonas muy específicas de la ciudad.
Uno de los atentados más relevantes ocurrió la tarde del 19 de agosto en la carretera a Tijuana, en los alrededores de la colonia Progreso, donde los tripulantes de un vehículo Toyota, modelo viejo, fueron atacados a balazos con armas de grueso calibre.
Ahí resultó herido Jesús Torres Díaz y asesinado José Plácido García Martínez, ampliamente conocido en La Rumorosa como “El Chepe”.
El crimen se relacionó como un conflicto entre traficantes de personas que operan en la zona montañosa de Baja California.
Integrantes de las Mesas de Seguridad para la Construcción de la Paz, aseguran que el atípico repunte de homicidios, donde se documentó el uso de armas de grueso calibre, calcinados, asesinatos de mujeres y demás, se debe al avance de Jesús Alexander Sánchez Félix, conocido como “El Ruso”, quien extiende sus operaciones a la zona urbana de Mexicali, donde los traficantes de personas y narcomenudistas -históricamente- han trabajado como independientes.
“El P1” y “El 80”
La ofensiva ordenada por “El Ruso”, está bajo las ejecuciones de dos personajes, según fuentes de las Mesas de Seguridad para la Construcción de la Paz. Se trata de Alfonso Peralta / Alfonso Amaya, alias “El P1” o “El Poncho de la Lima”, un hombre de todas las confianzas de Sánchez Félix que suele dirigir las operaciones armadas.
Junto a él se encuentra un operador que apenas ha cobrado notoriedad en las calles de Mexicali, identificado -de manera preliminar- como “El 80”, quien también forma parte del equipo armado de “El Ruso”.
Ambos, junto con Felipe Eduardo Barajas Lozano, alias “El Omega”, han ejecutado las peticiones de “alinear” a todos los grupos independientes dedicados al tráfico de personas y narcomenudistas, con la intención de cobrarles una suma a cambio de permitirles operar en la ciudad.
A inicios del año pasado, las células de dicha agrupación delictiva emprendieron una ofensiva similar y junto con un grupo de sicarios amagaron y asesinaron a varios narcomenudistas que operan en el complejo identificado como “Los Pueblas”, ubicados al oriente de la ciudad y que colinda con el valle de Mexicali.
Durante este periodo hubo varios homicidios, pero también detenciones importantes realizadas por la GESI, en temas de homicidios, la mayoría de los detenidos fueron jóvenes de entre 17 y 24 años de edad.
La incidencia de homicidios disminuyó en esta zona durante los últimos meses de 2020 y los primeros de 2021, cuando “Los Rusos” sostuvieron un enfrentamiento con células de “Los Garibay” y de “Los Salazar”, que pretendían extender sus operaciones a este municipio.
En los últimos meses, integrantes de las Mesas de Seguridad para la Construcción de la Paz comenzaron a notar un comportamiento atípico en otros puntos de la ciudad, pero no fue hasta las últimas donde se acentuó el conflicto en la ciudad.
Precisamente la zona sur, donde se ubica el fraccionamiento Lomas Altas, es identificado por integrantes de la GESI como un sitio donde se establecen traficantes de personas, los cuales sólo se trasladan al norte para “cruzar” a clientes que buscan hacer vida en Estados Unidos.
Tanto el “P1” como “El 80” -según las mismas fuentes- se han enfocado en presionar a traficantes y narcomenudistas para que les brinden una cuota, a cambio de permitirles trabajar de manera regular.
Esto provocó que incluso las cuotas de traficantes de personas y vendedores de enervantes se duplicaran, cobrando de 5 a 10 mil dólares por cruce de drogas, lo que ha impactado en las operaciones de estos grupos.