En días pasados, Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, fue notificado en prisión del inicio de su proceso de extradición a los Estados Unidos, donde podría ser condenado a cadena perpetua; el narco firmó el documento pero antes de devolverlo. escribió de su puño y letra: “todos, todos lo van a lamentar”.
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Ello causó un clima de temor entre los miembros del Poder Judicial de la Federación, a cuyo cargo está la resolución de si se extradita o no al narco-psicópata más sanguinario que ha existido en nuestro paìs, por lo que tratan de declinar su competencia en el caso y delegar su responsabilidad en otros impartidores de justicia.
Las amenazas de quien fuera líder de Los Zetas, infundieron temor entre los jueces, toda vez que pese a que está preso desde hace 7 años y medio, se sabe que al igual que en otros casos, el hecho de que se halle confinado en el penal de Puente Grande, Jalisco, no le impide detentar el liderazgo del cártel de Los Zetas, transformado ahora en el Cártel de Noreste.
Dicha organización criminal es dirigida por el clan Treviño Morales, integrado por 13 hermanos, de los cuales el más cruel y sanguinario ha sido Miguel Ángel, apodado también “La Mona”, en sus inicios como delicuente, después como el “Z.40· y “La Muerte”, pues en los sitios por donde pasaba siempre dejaba una cadena de víctimas.
Ante las abiertas amenazas sobre los responsables del fallo en cuanto a la extradición, hay preocupación dentro de las áreas judiciales sobre la seguridad de quienes se encargan de atender el caso del capo, considerado como uno de los más brutales y despiadados de los últimos tiempos.
Como en la mayoría de los casos de aquellos criminales que alcanzan el nada honroso nivel de capo, Miguel Ángel, el décimo hijo de los 13 que procreó el prolífico matrimonio formado por Rodolfo Treviño y María Arcelia Morales, comenzó como lavacoches y mandadero en su natal Nuevo Laredo, Tamaulipas.
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El matrimonio Treviño Morales procreó una extensa familia: Juan Francisco, “Kiko Ozuna” (1955), Arcelia, “Chelo” (1957), Irma (1959), Alicia (1961), Rodolfo (1963), María Guadalupe (1964), José (1966), Ana Isabel (1968), Jesús (1970), Miguel Ángel “Z-40” (1970), Óscar Omar, Alejandro “Z-42” (1976), Cristina (1978) y Adolfo (1980).
Miguel Ángel nació en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el 18 de noviembre de 1970, y se inició en el mundo del crimen a muy temprana edad, cuando todavía era un adolescente. En esa época residía en Dallas, Texas y se unió a Los Tejanos, una pandilla dedicada al narcomenudeo y al robo de vehículos.
Aprendió a hablar inglés y con el dominio de los dos idiomas, cruzaba frecuentemente la frontera entre México y Estados Unidos, según se lo exigieran sus fechorías pues cuando delinquía en EU huía a México y cuando había delinquido en nuestro país escapaba a la Unión Americana.
En uno de tantos cruces fue descubierto por Osiel, a quien le llamó la atención por avispado y lo llamó para que trabajara con él. Deslumbrado por el ya poderoso líder del Cártel del Golfo no dudó en formar parte del grupo, pero solamente lo había llamado para que lavara los vehículos y para mandados menores.
Ahí se había ganado el mote de “La Mona”.
Cuando Osiel se dio cuenta que sí hablaba correctamente el inglés lo hizo su mensajero y poco a poco, con el paso del tiempo, se fue ganando la confianza de los altos mandos y del mismo Osiel, por lo que fue subiendo de posición hasta convertirse en sicario y luego en escolta personal de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”.