Cesar Armando Librado Legorreta alias “El Coqueto” es un feminicida serial que en 2012 fue condenado a 240 años de prisión.
El 26 de febrero de 2012 las autoridades mexicanas capturaron a César Armando Librado Legorreta alias “El Coqueto”, un violador y feminicida serial que utilizaba una unidad de transporte público para cometer sus atroces crímenes.
El imputado atacó sexualmente a ocho mujeres y asesinó a siete de ellas en un lapso aproximado de 20 meses. Por si fuera poco, logró escapar a los pocos días de ser detenido.
La carpeta de investigación contra César Armando Librado Legorreta alias “El Coqueto” indica que él feminicida serial cometió su primer crimen el 21 de junio de 2010. En esa ocasión agredió a una joven que iba a una entrevista de trabajo, luego la tiró en un poblado de Naucalpan, Estado de México, tras pensar que estaba muerta.
“Ya no la bajo [del microbús], me meto en una calle. Me acerco a ella y le digo: ya valió madres porque te voy a violar”, expresó el criminal cuando narró la violación en su declaración ante el Ministerio Público.
Luego de ese primer ataque, César Armando Librado Legorreta ya no se detuvo. Desafortunadamente el sujeto logró asesinar a sus víctimas posteriores, cuyos cuerpos arrojó al canal de Tlalnepantla.
“El Coqueto” dormía junto a su familia tras cometer las violaciones
El feminicida serial confesó que odiaba a las mujeres. Según él, ese sentimiento de aversión surgió cuando en la secundaria una compañera suya lo rechazó.
“Él comentaba que un día le mandó un recadito en un papel a una chica que le gustaba y ahí le pedía si quería ser su novia”, expresó un funcionario mexiquense al diario Excélsior.
“[César Armando Librado Legorreta] dijo que luego de recibir el mensaje la chica se levantó de su asiento y se colocó frente a la clase. Les dijo a sus compañeros el contenido del recado y comenzó a burlarse de él. Los demás compañeros del colegio continuaron con las burlas”, refirió el informante al especificar que esa confesión fue hecha por el asesino de manera más “personal”.
Esa supuesta decepción amorosa nunca fue olvidada por el asesino, pese a que años más tarde logró casarse y formar una familia.
Según testimonios de quienes lo interrogaron, “El Coqueto” confesó sus crímenes detalladamente y sin remordimiento alguno por las mujeres a las que violentó. Incluso llegó a expresar que tras las violaciones y asesinatos llegaba a dormir junto a su esposa y sus dos hijos.
César Armando Librado Legorreta logró escapar tras su captura
La sociedad mexicana se indignó luego de que se diera a conocer que César Armando Librado Legorreta logró escapar, supuestamente con ayuda de las autoridades.
Posteriormente trascendió que María del Rocío Legorreta Gómez, oficial secretario de la Procuraduría Capitalina adscrita a la Fiscalía de Procesos Norte, era tía de “El Coqueto”.
Algunos ligaron esa relación parental con la fuga del imputado, pero la mujer se deslindó e incluso pidió que se le investigara para aclarar las responsabilidades correspondientes.
Alfredo Castillo, quien era titular de la Procuraduría de Justicia del Estado de México en ese momento, fue quien aclaró lo sucedido: “Al no tener la figura del arraigo, los detenidos sólo pueden ser cuidados, pero sin violar sus garantías individuales, por lo que, en cualquier descuido, como en este caso, se pueden escapar”.
Finalmente, el feminicida serial logró ser reaprendido el 3 de marzo de 2012 en la alcaldía Magdalena Contreras. Su sentencia fue dictada en diciembre de ese mismo año, cuando se le aplicaron 240 años de prisión por violar ocho mujeres y matar a siete de ellas.